La revolución fintech está transformando la forma en que individuos y empresas acceden al crédito en América Latina. En un entorno donde las barreras tradicionales limitaban el financiamiento, hoy las plataformas digitales ofrecen soluciones más inclusivas, ágiles y personalizadas.
Desde 2017, la región ha registrado 340% de crecimiento acelerado en el número de plataformas fintech, alcanzando más de 3,000 plataformas para finales de 2023. Este auge responde a la demanda de servicios financieros más accesibles y al aumento de la confianza en los canales digitales.
Brasil lidera con el 24% de las plataformas, seguido por México (20%), Colombia (13%), Argentina (10%) y Chile (10%). Este liderazgo refleja el dinamismo y la capacidad de innovación de estos mercados.
El segmento de tecnología aplicada al crédito, conocido como LendTech, está democratizando el acceso al financiamiento. Mediante evaluación crediticia basada en datos alternativos, estas plataformas analizan el comportamiento digital, historial de pagos y otra información no tradicional para calificar a usuarios históricamente desatendidos.
De este modo, las fintechs permiten que PYMES, trabajadores informales y poblaciones rurales obtengan préstamos con menos requisitos rígidos y plazos más flexibles.
México cuenta con un ecosistema fintech en plena consolidación. Para 2024, había 1,004 plataformas operando, de las cuales 803 son locales y 301 internacionales. Este dato demuestra la atracción de talento y capital extranjero en el país.
En ese mismo año, las fintech mexicanas reportaron un aumento del 31% en ingresos, reflejo de su orientación hacia la escalabilidad y rentabilidad. Además, capturaron 865 millones de dólares en inversión de capital de riesgo, equivalente al 74% del total de inversiones de riesgo en el país.
Se proyecta que 86 millones de personas en México usarán servicios fintech para 2027, ampliando de forma sustancial la base de usuarios con acceso a créditos digitales y otros productos financieros.
A pesar de los avances, entre 25 y 30 millones de mujeres mexicanas siguen sin acceso bancario, lo que genera una brecha de género financiera de 13 puntos porcentuales, el doble del promedio global.
Las fintech, junto con políticas públicas, pueden jugar un papel decisivo para cerrar esta brecha. Programas de inclusión dirigidos a emprendedoras y productos de crédito adaptados a sus necesidades son ejemplos de iniciativas con alto potencial de impacto.
La integración de inteligencia artificial y aprendizaje automático ha permitido un análisis de riesgo más preciso y dinámico. Algoritmos avanzados detectan patrones de comportamiento y anticipan probables incumplimientos, reduciendo pérdidas y facilitando tasas más justas.
El uso de datos alternativos y machine learning en el scoring crediticio ha expandido la base de calificación, incorporando a usuarios sin historial bancario tradcional.
Aunque el avance es notable, persisten retos que requieren atención conjunta de sector privado y autoridades:
La colaboración público-privada es clave para equilibrar la seguridad jurídica con la flexibilidad necesarias para innovar sin frenar el crecimiento.
El ecosistema fintech en América Latina demuestra que la tecnología puede ser un catalizador de cambio social. Al expandir el acceso al crédito, se empodera a individuos y empresas para generar oportunidades económicas y reducir las desigualdades.
Para mantener este impulso, es esencial fomentar la colaboración entre fintechs, reguladores y comunidades, asegurando que los beneficios del financiamiento digital lleguen a todos los rincones de la región.
Referencias