La cotización del dólar en Argentina refleja una compleja interacción entre eventos internos y dinámicas globales. En este artículo exploramos las razones detrás de estas oscilaciones y cómo afectan a inversores, ahorristas y a la economía en general.
En el plano doméstico, el dólar oficial se sitúa este 1 de julio en $1.165 para la compra y $1.215 para la venta. Al mismo tiempo, el mercado informal muestra una tendencia similar, con un dólar blue que cotiza a $1.215 para la venta tras un alza de cinco pesos.
Varios factores contribuyen a esta tendencia. Por un lado, la alta demanda estacional por aguinaldos impulsa a las familias a comprar divisas para ahorro o viajes al exterior. Por otro, el ciclo agrícola entra en una etapa de menor liquidación de divisas: tras recibir unos u$s3.000 millones en junio, se estima que julio aportará apenas u$s400 millones.
En este marco, el esquema de flotación con retirada parcial del cepo cambiario mantiene cierta estabilidad, aunque la perspectiva para julio apunta a una banda entre $1.200 y $1.270, con tendencia levemente alcista.
En el escenario global, el índice Dólar (DXY) cayó a 98 puntos, su nivel más bajo en más de tres años. Esta depreciación, cercana al 10% frente a monedas como el euro o la corona sueca, refleja la pérdida de hegemonía del dólar como activo refugio.
El oro, en contraste, asciende como cobertura, cotizando en torno a US$3.340 la onza. Al mismo tiempo, la presión de políticas comerciales de EE.UU., con amenazas de aranceles de entre 10% y 50%, añade una capa de incertidumbre a los mercados de divisas.
El expresidente Trump, al sugerir tasas de interés entre 0,5% y 1,75%, ejerció influencia sobre la Reserva Federal, alentando expectativas de recortes de tasas que favorecen un dólar más débil.
De acuerdo con el mercado de futuros Matba-Rofex, el dólar para fin de año podría situarse cerca de $1.390. Esta estimación incorpora tanto factores internos como la demanda estacional y la política monetaria local, así como tendencias globales de salida de capitales de EE.UU.
Especialistas coinciden en que la volatilidad se mantendrá en julio, aunque sin quiebres abruptos gracias a las reservas y al control macroeconómico. El mayor impacto podría verificarse en el último trimestre, ante la cobertura electoral.
Ante este panorama, surge la duda sobre si conviene posicionarse en dólares o en instrumentos locales como el plazo fijo. La tendencia alcista moderada del billete estadounidense contrasta con la seguridad relativa de tasas de interés locales.
La diversificación geográfica y de activos puede ser una opción para reducir riesgos, integrando bonos argentinos e instrumentos de renta variable global.
Las fluctuaciones del dólar ante noticias internacionales reflejan una combinación de presiones locales y globales. Comprender estos factores es clave para tomar decisiones financieras informadas.
En este entorno, la prudencia y la estrategia diversificada ofrecen un camino para aprovechar oportunidades y mitigar riesgos. El diálogo entre analistas y ahorristas aporta perspectivas valiosas para atravesar la volatilidad y fortalecer la posición económica personal.
Referencias