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La economía circular se posiciona en grandes empresas

La economía circular se posiciona en grandes empresas

22/08/2025
Yago Dias
La economía circular se posiciona en grandes empresas

En un mundo que enfrenta desafíos ecológicos sin precedentes, las grandes corporaciones están bajo la lupa de gobiernos, inversores y ciudadanos. De cara al futuro, la adopción de modelos productivos más sostenibles se ha convertido en un imperativo estratégico. Lejos de ser una tendencia pasajera, la economía circular ofrece una hoja de ruta para generar valor económico, social y ambiental. A medida que los recursos naturales se vuelven más escasos y las regulaciones aprietan, las empresas se ven obligadas a replantear su forma de producir, consumir y gestionar residuos.

En este contexto, la economía circular rompe con el paradigma lineal “tomar, hacer, desechar” y plantea un nuevo esquema que busca cerrar el ciclo de vida de los productos. Este enfoque trasciende la simple gestión de desechos y propone un rediseño integral de los procesos, desde la fase de diseño hasta la reutilización de materiales. Así, las grandes empresas pueden reducir sus costes operativos, fortalecer su reputación y contribuir de manera tangible a la lucha contra el cambio climático.

Concepto y relevancia

La economía circular surge como respuesta a la limitación de los recursos y al impacto negativo asociados a los modelos de producción tradicionales. Basada en cuatro principios fundamentales —diseño para la durabilidad, reutilización, reparación y reciclaje—, busca reducir la presión sobre los recursos naturales y minimizar los residuos generados.

Este modelo promueve innovaciones que van más allá del reciclaje convencional. Tecnologías limpias, nuevos materiales biodegradables o reutilizables y sistemas de alquiler o suscripción de productos son ejemplos de estrategias que surgen al alero de la circularidad. Para las grandes empresas, abrazar esta filosofía significa reinventar cadenas de suministro, colaborar con proveedores y clientes, y monitorizar continuamente los flujos de materiales.

Impulso regulatorio y normativo

En Europa, la hoja de ruta hacia 2025 establece objetivos claros para las empresas. Entre las medidas, destacan la reducción de plásticos de un solo uso, la adopción de modelos empresariales circulares de suministro y la digitalización de datos para garantizar la trazabilidad de los productos. El reglamento busca armonizar criterios y evitar prácticas de greenwashing, promoviendo auditorías bajo marcos ESG (Environmental, Social and Governance).

La norma ISO 59040:2025 refuerza este marco, introduciendo la “Product Circularity Data Sheet” (PCDS), una herramienta digital que facilita un intercambio estandarizado de información de circularidad entre todos los actores de la cadena de valor. Esta hoja digital permite:

Estrategias y casos de éxito

Para llevar la teoría a la práctica, las grandes empresas están implementando diversas estrategias que abarcan desde la fase de diseño hasta la gestión postconsumo:

  • Rediseño de productos para facilitar la reparación y el reciclaje.
  • Implementación de sistemas de devolución y reacondicionamiento.
  • Uso de materiales biodegradables, reciclados o de origen renovable.
  • Digitalización de la cadena de suministro para mejorar la trazabilidad.
  • Alianzas con startups y centros de investigación para innovar en sostenibilidad.

Un ejemplo inspirador en España es Sphere España, que ha liderado proyectos de transformación industrial basados en procesos circulares. Esta compañía ha logrado ya una significativa reducción de la huella de carbono mediante el uso de insumos reciclados y la optimización de sus líneas de producción.

Desafíos y oportunidades

A pesar de los beneficios, la adopción de la circularidad enfrenta obstáculos y abre puertas a nuevas oportunidades. Entre los retos más frecuentes figuran:

  • Resistencia cultural al cambio y estructuras organizativas rígidas.
  • Inversiones iniciales elevadas y falta de acceso a tecnologías avanzadas.
  • Complejidad en el rediseño de productos y procesos establecidos.
  • Limitada disponibilidad de infraestructuras de reciclaje o reacondicionamiento.
  • Acceso a nuevos mercados gracias a la diferenciación sostenible.
  • Reducción de costes operativos a medio plazo.

Impacto económico y ambiental

Adoptar la economía circular no solo es un acto de responsabilidad ambiental. Los beneficios reales se traducen en mejoras palpables en la cuenta de resultados y en el entorno.

Gracias al uso más eficiente de los recursos y la disminución de gastos en gestión de residuos, las empresas notan un impacto directo en su balance. Al mismo tiempo, pueden acceder a nuevos mercados de consumo responsable y consolidar su posición frente a inversores y clientes.

Según estimaciones de la Unión Europea, la circularidad podría generar cientos de miles de empleos verdes y miles de millones de euros en ahorros para las empresas. Estas cifras, junto con la creciente demanda de productos sostenibles por parte de consumidores conscientes, consolidan la economía circular como un pilar de la nueva economía global.

Perspectivas de futuro y recomendaciones

El futuro de la economía circular pasa por una mayor colaboración público-privada, la creación de indicadores estandarizados y la consolidación de plataformas digitales que faciliten el intercambio de datos. Consumidores, inversores y reguladores exigirán cada vez más transparencia y resultados tangibles.

Para transitar con éxito, las grandes empresas deben:

  • Diseñar productos con la circularidad en el ADN.
  • Invertir en tecnologías que permitan la trazabilidad y el análisis de datos.
  • Establecer alianzas estratégicas para compartir riesgos y conocimientos.

Así, se podrá construir una economía más resiliente, eficiente y respetuosa con el planeta. El momento de actuar es ahora.

Yago Dias

Sobre el Autor: Yago Dias

Yago Dias