Las empresas familiares, pilares de la economía global y motores de empleo, están dando un paso estratégico para potenciar su crecimiento y sostenibilidad. Acceder al mercado de capitales ya no es una meta exclusiva de grandes corporaciones; hoy es una oportunidad al alcance de organizaciones con visión de largo plazo.
Las empresas familiares representan más del 85% de los negocios en México y conforman cerca de dos tercios de todas las empresas a nivel mundial. Su impacto trasciende el ámbito local, pues generan más del 70% del PIB global y proveen entre el 50% y el 80% del empleo privado dependiendo de la región.
En Europa, su presencia se sitúa entre el 65% y el 80% del total de empresas, aportando del 40% al 50% del empleo privado. Un caso emblemático es Alemania, donde el 90% de las compañías activas son familiares, representando el 58% del empleo y el 52% de las ventas totales.
Para 2025, el entorno económico mexicano muestra un crecimiento moderado del PIB, presión inflacionaria controlada y políticas públicas enfocadas en infraestructura y digitalización. Este panorama plantea tanto desafíos como enormes oportunidades para las firmas familiares.
La tendencia hacia el «nearshoring» impulsa sectores como infraestructura, transporte, logística y desarrollo urbano. Además, las empresas familiares han demostrado gran capacidad de adaptación y resiliencia ante sus competidores, aprovechando la incertidumbre geopolítica y los avances tecnológicos.
A nivel internacional, muchas de estas organizaciones participan activamente en operaciones de fusiones y adquisiciones para diversificar su portafolio y fortalecer su presencia global, consolidando alianzas estratégicas con fondos de inversión y family offices.
El acceso al mercado bursátil ofrece múltiples beneficios a las empresas familiares:
No obstante, dar este paso conlleva retos significativos. La transparencia fiscal y la contabilidad rigurosa se convierten en requisitos ineludibles. Además, la sucesión generacional debe gestionarse con cuidado para preservar los valores fundacionales sin sacrificar la eficiencia operativa.
Las exigencias regulatorias y los estándares internacionales de divulgación representan otro desafío. Prepararse adecuadamente significa adoptar procesos de calidad, certificaciones y sistemas tecnológicos que garanticen la trazabilidad de la información financiera.
Para incrementar las probabilidades de una salida a bolsa exitosa, las empresas familiares pueden implementar las siguientes estrategias:
Adicionalmente, es clave cultivar relaciones con fondos de capital privado y family offices. Estos aliados no solo aportan recursos financieros, sino también conocimientos estratégicos para afrontar ciclos económicos volátiles.
En México y América Latina, el interés de los fondos de capital privado por las empresas familiares ha crecido en los últimos años. Estas organizaciones, tradicionalmente infrarrepresentadas en las bolsas, están descubriendo el valor de profesionalizar su gestión y abrir su capital para impulsar su escalabilidad.
Un referente europeo es Enagás en España, cuya transición al mercado bursátil sirvió como modelo de adaptación normativa y fortalecimiento de la participación accionaria sin perder su esencia operativa.
Las perspectivas para los próximos años apuntan a un aumento en operaciones de M&A, nuevas salidas a bolsa y una mayor colaboración con capital privado, sobre todo en sectores de digitalización e infraestructura. La institucionalización y profesionalización serán ejes estratégicos para consolidar el rol de las empresas familiares en los mercados globales.
La clave estará en equilibrar la preservación de la identidad familiar con la disciplina de mercado. Al final, las organizaciones que logren integrar valores y estrategia bursátil surgirán como protagonistas de la nueva era empresarial.
Referencias